jueves, 23 de octubre de 2008

Del conductismo al existencialismo en la novela de 1984







Por: Jorge García Díaz; en las siguientes publicaciones "CucoBucs"

Tipo de escrito: análisis literario desde el punto de vista filosófico.


Una persona no actúa sobre el mundo,

es el mundo el que actúa sobre ella.
B. F. Skinner


Una de las limitaciones de la libertad individual son los condicionamientos: el súper Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones sofocantes y las ataduras de una filosofía pesimista; sin embargo, dichas limitaciones no se pueden excluir del interior y exterior del ser: la libertad no es absoluta. Los hombres toman primicia y conciencia de sus actos, y es a partir de Hegel que el hombre escribe su historia y manipula su entorno según sus intereses. El hombre desplaza a lo divino para darle lugar a su pensamiento terrenal y apropiarse del otro.
La novela de 1984 de George Orwell es una antiutopía que describe los Estados totalitarios que manipulan su entorno: desde los actos corporales hasta el pensamiento. Existe un partido único que hace propaganda, adoctrina e infunde el miedo con castigos ejemplares. 1984 diría Skinner: “la evolución de una cultura es, en efecto, un tipo de ejercicio gigantesco de auto-control”; es así como se presenta una dominación casi perfecta (se dice porque no lograron contener la conciencia). Lo importante para el Estado no es el pasado (destruye toda evidencia), es el presente y el futuro. Respecto a lo anterior comenta Skinner:

A los viejos tiempos se les llama los “buenos viejos tiempos”, cuando la dignidad innata del hombre y la importancia de los valores espirituales tenían su importancia, y como tal se les reconocía. Tales fragmentos de conducta, ya pasados de moda tienden a ser “desinteresados”, es decir, tienen el carácter de la conducta progresivamente inútil.[1]

Parece que el escritor de la India en su obra recurre a los temas que privilegiaban los existencialistas: la muerte, angustia por la existencia, insistencia y necesidad por la comunicación que en ocasiones es imposible, afirmación de una libertad íntima frente a un Estado opresor o de índole dictatorial. El Estado que presenta Orwell es una crítica al Estado totalitario de Lenin en Rusia, donde era muy difícil decir “yo sé quien soy”. El marxismo descuidó el propósito humano y por ende el creativo para darle primacía al hombre insertado en la economía. Sin embargo, el marxismo como filosofía fue un modelo de interpretación variable puesto que está hecho por el humano, encarnado y temporal, es por ello, que un Estado totalitario tarde o temprano sucumbirá porque con el tiempo se van presentando necesidades ordinarias y extraordinarias. Como diría Ortega y Gasset: el hombre es un mar de dudas porque es humano.
El protagonista de la novela es Winston Smith que trabaja en el Ministerio de la Verdad que se encarga de suprimir la historia de la humanidad, anterior al año de 1984, además que reescribe la Historia inventando héroes. Es de señalar los cuatro ministerios que controlan las vidas: 1. Ministerio del Amor: se ocupa de los castigos; 2. Ministerio de la Paz: se encarga de la guerra; 3. Ministerio de la Abundancia: encargado de la economía y que la gente viva con lo indispensable para sobrevivir; y, 4. Ministerio de la Verdad: dedicado a escribir la nueva Historia para que todo comentario del “Gran Hermano” coincida con la realidad.
¿Quién es el “Gran Hermano”? Es el suplente del político perfecto que se encarga de controlar y vigilar a la sociedad en calidad de Todopoderoso o de Dios, sin embargo, no actúa en contra de la prole porque ésta carece de intelecto, ya que está reducido a la categoría de animal. Es el que se encarga de conducir la conducta humana y a cuartar la libertad en todas sus expresiones; sin embargo, Jean Paul Sastre, representante del existencialismo, tiene una visión de la libertad optimista, donde se puede conseguir de una u otra manera, como la llegaron a tener Winston y Julia; y respecto a lo anterior Sartre nos dice:

El hombre […] vive con los otros hombres. Ello no quiere decir que conozcamos totalmente a los otros. Si los conociéramos con plena claridad se trasformarían en objetos, en cosas o en figuras matemáticas. Los demás se me dan, sin claridad, sin evidencia, como una transcendencia que no soy yo. Es necesario, sin embargo, afirmar la existencia de los demás para precisar mejor el sentido de la libertad.[2]

A pesar de que se niega todo pasado para edificar el presente y que en un futuro éste sea el pasado, Sartre dice que:

La libertad humana se establece por tres razones distintas y complementarias. El hombre es libre, en primer lugar, porque no está determinado por el pasado. Si el pasado ya no es, si el pasado es lo sobrepasado, no puede determinar mi presente. El hombre es libre, en segundo lugar, porque es existente. Con ello […] el hombre no tiene ninguna naturaleza, ninguna esencia predeterminada y que por lo tanto, es un ser que se elige a sí mismo: el hombre es lo que él mismo se hace. El hombre es por fin libre porque Dios no existe.[3]

Lo anterior, trae contrariedades con lo expresando en el libro de 1984, ya que la existencia refirma la libertad; el “Gran Hermano” quiere controlar o quiere ser un ser absoluto donde él mismo existe y a la vez se expresa, Winston es manipulado pero se vuelve consciente de su existencia, entonces los dos se legitiman porque se reconocen como existentes y no como meros objetos; no se puede cuartar la libertad porque ellos mismos no se niegan y están conscientes de su existencia. El hombre está en una constante formación y transformación.
La historia comienza cuando Winston toma conciencia de su vida en el Ministerio y se da cuanta de la farsa del gobierno (Gran Hermano), además de su enamoramiento repentino con una mujer llamada Julia que es rebelde al emprender, juntos, una resistencia a una sociedad que se vigila a sí misma. Ellos se dan cuenta de la herramienta para controlar a la sociedad de manera mecánica, este instrumento es del “doblepensar” que permite lavados de cerebro; el lenguaje, la inventiva, la psicología encaminados al control físico y mental de los individuos; y la educación totalitaria de la juventud; Winston y Julia tratan de derrocar al sistema con lo que más vigilaban: la intimidad y el libre pensamiento. La conciencia del personaje principal al plantearse a sí misma como un problema se encuentra con un ser distinto a ella; no hay conciencia sin objeto, no hay pensamiento, sentimiento o actitud mental alguna que no sea conciencia de algo.
Es de destacar la geografía que inventa Orwell donde divide al mundo en cuatro partes: Eurasia (comprende Europa y el norte de Asia), Eastacia (comprende Asia Central), Oceanía (comprende América, el sur de África y Oceanía) y Territorio en disputa (comprende el norte de África, Medio Oriente y el sur de Asia).
El sistema político presentado está encaminado a alinear al individuo, a hacerlo virtualmente incapaz de pensar por sí mismo. Es una sociedad cerrada sobre sí misma, que se presenta como perfecta. Sólo aislando las influencias externas se podrá realizar el ideal de Ingsoc. El exterior solo puede ser malo. Sólo el “Gran Hermano” y el partido único son capaces de ofrecer lo cosas buenas, necesarias y de gran valor. El territorio donde vive Winston (Oceanía) enfrenta una guerra exterior frente a dos enemigos identificables (un enemigo físico: Eurasia y Eastacia) y, además, enfrenta un enemigo interior que es Goldstein.
Para concluir, la muerte o fin de la vida, que para una persona de un Estado opresor viene siendo lo mejor que le puede pasar, Heidegger dice al respecto que es la última posibilidad del hombre (visión pesimista); y para Sartre es la radical imposibilidad (visión optimista), ya que expresa que la muerte es un hecho puro como el nacimiento, viene a nosotros desde afuera y nos trasforma por fuera.
La novela presenta un estado de teoría conductista cuando describe al sistema en conjunto, es decir, una máquina manipuladora capaz de controlar toda imaginación creadora que se diera en la individualidad de la especia humana, y presenta un estado existencial cuando se refiere a los protagonistas como individuos con conciencia capaces de destruir todo un sistema de enlace perfecto: el ser con/contra el mundo y viceversa.

[1] Skinner, B. F., Mas allá de la libertad y la dignidad, Editorial Fontanella, Barcelona, 1977, p. 262.
[2] Xirau, Ramón, Introducción a la historia de la filosofía, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004, p. 467.
[3] Idem.

domingo, 12 de octubre de 2008

Fantasmas Constitucionales





A fin de ser coherente con lo propuesto por mis compañeros de éste blog, en cuanto a la diversidad en alcance, libertad y magnitud de lo que aquí se escriba, he decidido comenzar con la exposición de un tema inherente a mi formación como estudiante de derecho, es un honor para mí poder haber sido el primero en escribir, privilegio, que mis otros 3 compañeros me concedieron, por lo tanto no fallaré y seré contundente en esta como en cada una de mis intervenciones a través de este medio, sin mas limitación que la inherente a las instancias aun desconocidas por mi razón.



Existe una larga discusión y subsiste un punto de vista erróneo que incluso predomina entre los que se dicen ser "especialistas" o "conocedores" en materia de derecho constitucional, en cuanto a la notable existencia de un poder extraordinario que cuenta con facultades omnímodas y magnánimas para transformar el texto constitucional sin limitación alguna más que los límites de su imaginación le den, me refiero a el llamado, por los hasta ahora "conocedores", como "constituyente permanente".



Mis maestros de cátedra universitaria me inculcaron este dogma del derecho constitucional a partir de que a ellos mismos les fue dado, y todo originado de un argumento de autoridad desprovisto de comprobación dentro de la teoría constitucional. En descargo a su favor quiero decir que en algún momento mencionaron dubitativamente que el constituyente permanente tenía límites, pero la cuestión fundamental no radicaba en sus limitantes, si no que el punto se centra en su inexistencia.


La mayoría de los estudiosos de ese tema consideran que mediante el procedimiento descrito en el artículo 135 de la Constitución, es posible modificar cualquier parte de la constitución, sin importar el contenido, lo cual se debe según ellos, al hecho objetivo que en el texto constitucional no se establecen límites expresos que determinen los alcances de lo que que ellos denominan "poder constituyente permanente". La paternidad o la patente de este punto de vista, que incluso es el que predomina entre los ministros de la Suprema Corte, que por cierto ninguno es especialista en derecho constitucional, corresponde al tratadista y ex ministro presidente de la Corte Felipe Tena Ramírez, quién inventó esta expresión la cual es absurda e insostenible, aunque plenamente congruente y satisfactoria con su teoría constitucional anticientífica y formalista.



Ahora , es demostrable y verificable que los órganos legislativos que intervienen en el proceso de revisión constitucional, son órganos constituidos(Congreso de la Unión y las 31 Legislaturas de los Estados) , y por tanto no pueden figurar como un poder constituyente, pues estos actúan bajo un marco de competencias que es implícito a su naturaleza y por lo tanto no pueden modificar el orden en su escencia en el cual actúan. De tal manera que no conforman un poder constituyente ni otro órgano constituído. Sino simplemente se trata de un procedimiento en el cual la partícipación de los órganos constituidos esta señalada para llevarlo acabo reforma a la constitución.
Los límites a este procedimiento que por desgracia en nuestra constitución no fueron expresados, son las decisiones políticas fundamentales, lo que se traduce en la constitución escencia, las cuales no pueden ser obstruidas, condicionadas, alteradas,o modificadas por los órganos constituidos, entre otras razones por que ellos derivan de varias de ellas, como por ejemplo el Estado democrático, el régimen representativo, el régimen federal, la distribución de competencias, de tal manera que si se modificaran desaparecerían los fundamentos constitucionales en los que se funda el mismo procedimiento de revisión constitucional. Sería una paradoja que el punto que les da origen a los órganos constituídos y por el cual nacen a la vida jurídica, en el momento que ellos decidadan incluso abolirlos, éstos lo puedan llevar acabo la modificación a la norma escencia de la cual devienen, es ilógico.



El maestro Tena, funda su postura en el planteamiento de que el el constituyente originario, o sea el pueblo, ha desaparecido una vez que se promulgó la Constitución en 1917, y es sustituido por el constituyente permanente, y es a raíz de esta justificación dogmática que en su amparo se han realizado diversas modificaciones, reformas que bajo un control estricto de constitucionalidad resultarían anticonstitucionales, por haberse modificado contraviniendo la voluntad del constituyente (Único órgano provisto de soberanía para fijar un marco constitucional que contenga las decisiones político fundamentales de un pueblo) , lo que a todas luces se traduce en una equivocación gravísima derivada del la falta de conocimiento en cuanto a la ciencia constitucional hace por los operadores jurídicos que se dedican a asesorar y a fundamentarse en este fantasma constitucional como lo es el "constituyente permanente".



No me gustaría dejar pasar este tema sin tratar de aterrizar en la realidad este tópico constitucional, y que en atención a las personas que hagan una lectura acuciosa de este texto y no sean licenciados en derecho, me detendré a ejemplificar algunos de los alcances de esta creencia falsa.


Es de todos sabido que en los últimos meses nos hemos podido enterar a través de las intensas campañas de televisión por parte de "spots" presidenciales y del Partido Acción Nacional, que la postura del la administración actual del país es modificar el régimen de hidrocarburos en cuanto a la propiedad originaria de este tipo de riquezas del subsuelo por parte de su titular "la nación"; como podemos ver el primer intento de cambiar toda esta teleología constitucional de un pueblo, está encarnado en un proyecto de ley secundaria que pretende trasformar este régimen, esto es, iniciativas de ley que modifican la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y organismos subsidiarios (Iniciativa del Presidente de la República) y la Ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional (Iniciativa de la bancada Panista en el Senado), reformas que en concreto pretenden hacer ver en un inicio que solo se trata de una transformación en el tratamiento y transformación del crudo, pero que en verdad y ya sin máscaras, se trata de un preámbulo perverso para que posteriormente en cuanto el grupo de poder interesado en esas modificaciones tenga el control del Congreso de la Unión (mayoría en las próximas elecciones) a través del voto de las 2/3 partes de los miembros de dicho órgano colegiado, se pueda perpetrar sus objetivos modificando el régimen del artículo 27 Constitucional. Todo esto gracias a que un Ministro de la corte un día se le ocurrió justificar las reformas constitucionales del antiguo régimen político, incluso, al grado de lo ilimitado, puesto que se trataba del "poder constituyente permanente" investido para el de soberanía.


En base a lo expuesto, cualquiera de nosotros a priori puede mostrar su desaprobación por las intenciones del Gobierno de la República, en torno aun debate que gira a un supuesta modernización de la paraestatal petrolera, ya que lo expuesto en estas líneas, por el solo hecho de traducirse en una aversión al Estado constitucional de derecho, consistente en que los únicos sujetos autorizados para hacer tan fundamental cambio en la estructura del Estado Mexicano, son, ó bien un congreso constituyente "ah-doc" ó la consulta directa que se le haga al titular de la soberanía, que es el pueblo; situaciones ambas fundadas en la ciencia constitucional y que son maneras ortodoxas de para legitimar cambios a tan trascendentes objetivos como las reformas a las decisiones político fundamentales, pues al no darle voz a la participación ciudadana por medio de mecanismos directos de expresión democrática, en una cuestión que infiere su participación por antonomasia, estaríamos ante un Estado autocrático autoritario, en donde las decisiones de poder son concentradas, desprovisto todo ello de la voluntad popular soberana.


Quisiera concluir esta pequeña reflexión aduciendo, que todo estudio que se realice en el campo de las ciencias sociales debe ser siempre bien definido y separado del dogmatismo con el que por años se han enseñado estas ciencias en nuestro país, debemos avocarnos en un estudio serio y a apegado a lo científico social, pues ese será el camino para despojarnos de todas las creencias anticientíficas que por argumentos de autoridad se han difundido y tenido por verdaderas.






Presentación



Inquietud fundamental de todo profesionista, sobre todo si está en el ramo de las ciencias sociales y humanidades, debe ser la de la expresión de las ideas y concepciones que su propia actividad lo lleva a construir. Su experiencia y su visión de lo social en sus múltiples aspectos. Esa sola expresión, por modesta que pueda resultar, conduce indefectiblemente a ejercicios más complejos y de mayor importancia para la disciplina en la que se trabaja; es su origen y de ahí se justifica su importancia seminal.


Ésa es la inquietud que mueve a las personas que conforman este proyecto. Su pretensión no consiste en alcanzar grandes logros literarios, periodísticos, lúdicos, mucho menos científicos. Se búsca únicamente la expresión de ideas y puntos de vista, incluso el solo ejercicio lingüistico. Todo en torno a las ciencias sociales, o mejor dicho, a la entidad social, en todas sus manifestaciones aprehensibles, desde una perspectiva si bien no multidisciplinaria (empresa bastante ambiciosa), sí desde la óptica singular de distintas disciplinas humanísticas.


Así se presenta el proyecto, dos años después de que se concibió como una revista impresa con los propósitos ya indicados. Ante lo inviable de esa opción -y desconociendo entonces el formato en el que ahora nos presentamos-, se optó por la vía del blog, mucho más económica y práctica, y con un potencial de difusión enorme.


El blog se titula "El Canto del Zenzontle, ave de las 400 voces", pues éste será un espacio donde tendrán cabida las más diversas y variadas opiniones e ideas, sin más linea en común que la libre expresión y el rechazo a toda conformidad dogmática e irreflexiva. Así, las voces presentadas en este foro tomarán distintas formas, como disímiles son las melodías que provienen del pico de tan bella ave.


También habrá oportunidad de que cualquier persona interesada en participar en este foro de manera regular se incorpore al mismo, y de esa forma se enriquezca el espectro de posibilidades expresivas alcanzables. Por ahora, quienes colaboran son dos historiadores y dos abogados.


Aquí se presenta pues el proyecto, que esperamos sea el comienzo de una gran experiencia.